LA SITUACIÓN DEL ARTE EN LA ACTUALIDAD
AVATARTE principalmente ha nacido para
reivindicar el Realismo, desde un ámbito de vanguardia, y una vertiente
absolutamente contemporánea. Obras en las que imaginación, técnica, destreza y
plasmación demuestren sobriedad en el planteamiento, agudeza en la expresión e
innovación temática.
Realismo
contemporáneo, Realismo mágico, e Hiperrealismo tienen cabida en AVATARTE, como
símbolo de la capacidad del ser humano para seguir pronunciando desde lo más
íntimo de su ser, emociones y sentimientos, captando a su vez a un espectador
ávido de admirar trabajos, cuya comprensión sea explícita, y en la que no se
sienta menospreciado por el esnobismo de la expresión de unas formas, en la
mayoría de ocasiones más que dudosas, y sepa valorar alegorías y mensajes.
La pretensión de
AVATARTE es reclamar más atención para el
conjunto de
las Humanidades. Literatura, música, filosofía, etc.
y por
supuesto el arte, forman parte esencial del
ser humano, y son absolutamente imprescindibles para diferenciarnos de la irracionalidad y el disparate, permitiendo la comunicación y la
interacción.
Son ya muchos los
eventos que hemos organizado. Y sobre todo destacamos nuestros salones de
primavera de pintura realista. En sus dos ediciones se han descubierto y han
aflorado a este mundo mágico de la pintura, artistas cuyas obras tienen una
calidad que en nada tienen que envidiar a muchos de los pintores reconocidos.
Estos salones de
pintura realista queremos adornarlos con otras actividades que los
complementen. Nuestro ilusión nos lleva a dedicarles mucho trabajo y mucho
esfuerzo para poder llevarlos a cabo, transformar sueños en realidades.
En el presente Petit
Salón de Otoño de Pintura realista que se celebra durante la primera quincena
del mes de Noviembre-2017, hemos tenido una tertulia titulada LA SITUACIÓN DEL ARTE EN LA ACTUALIDAD.
En la misma hemos compartido ideas los propios pintores y con un prestigioso
crítico de arte, D. Antonio Calderón de Jesús. Dos horas y media que nos han
sabido a poco y por lo que queremos seguir dios mediante organizando otras
periódicas, tal vez una al mes o cada dos meses, porque viendo lo enriquecedor
que nos ha resultado la primera, entendemos que es nuestra obligación seguir
con ellas.
Ahora pasamos un
breve resumen de lo que se habló en esta primera tertulia participativa.
INDICE DE TEMAS:
-
1º La crisis del arte, falta de
compradores, coleccionistas y exceso de oferta.
-
2º El mercado del arte:
cotización de artistas y diferencia entre precio real y del galerista.
-
3º El arte en internet:
exposición y venta
-
4º La crítica del arte ¿es
sincera? ¿obedece a intereses? Porqué no se publican las críticas negativas en
medios de comunicación?.
1º Nos remontamos en el tiempo al final de la II Guerra Mundial. Los
americanos “importan” a los mejores pintores europeos de la época, les hacen
unos contratos para vivir decentemente y luego venden sus obras a los europeos.
Sin embargo los rusos no hacen lo mismo, porque sus preocupaciones son otras.
Estados Unidos ha
sido el abanderado del resurgir del arte contemporáneo. Es donde mas arte se ha
comprado y vendido. Y ha sido el referente para todos los artistas que se
preciaban.
La crisis bursátil,
con el crack de 1989 marcó un devenir negativo. El dólar se devaluó y las
compras de arte a los artistas europeos se encareció sustancialmente. Luego
llegaron las guerras del golfo. En el 2008 otra crisis económica mundial de la
mano de Lehman Brothers y millones de personas sufrían las consecuencias de la
codicia desmedida durante años.
En España durante
los años de falso esplendor económico, donde El Sr. Aznar no se cansaba de
proclamar que España va bien, la bandera del arte estaba en Cataluña, y en
menor medida en regiones como la Valencia o Murcia.
En Cataluña una vez
pasada la época del franquismo quisieron que la cultural sustituyese a la
política como lugar de encuentro.
El presidente Pujol
lo expresó de forma diáfana: “La cultura
debe de servir para reconstruir Cataluña, no para hacer política”.
Con la bandera del
arte y de la cultura pretendían ser el motor de la nueva democracia. Se
pretendió que la cultura fuese la plataforma del diálogo, intentando condensar a
los artistas, sin importar sus opiniones políticas y a su vez ordenar
socialmente el territorio. Pero todo aquello resultó un fracaso.
Se “invirtió” mucho
dinero en la adquisición de obras de arte que se iban amontonando y criando
polvo.
En las otras
regiones citadas, los empresarios como ganaban dinero a raudales, pues
empezaron a comprar arte pero sin ningún criterio. Si en el despacho del dueño
de una empresa competidora había un gran cuadro sea lo que fuera, los demás les
imitaban, porque claro no iban a ser menos.
Cuando llegó la
crisis económica y las empresas daban en quiebra ni las administraciones
públicas acreedoras, querían ni valoraban aquellas obras de arte.
Durante las últimas
décadas, uno de los grandes mitos de la fábula cultural es la vinculación de lo
que llamaban sociedad civil con la cultura. Con este objetivo se han
constituido muchas maneras de ensamblar intereses privados y públicos:
patrocinios, fundaciones, etc. Todo parecía indicar que se trataba de
patrocinios privados hacia el sector público. Pero, ¿realmente era así?.
¿De qué hablaban
cuando decían “sociedad civil”? ¿Tal vez de unas instituciones privadas,
ligadas a considerables fortunas, que eran sostenidas por capital público?.
En el país se
hicieron inversiones multimillonarias en grandes templos culturales, muchos de
ellos se quedaron sin terminar y quedan como una ruina de ese pasado de una
falsa opulencia.
Pero si se
derrocharon millones en estas grandes obras faraónicas, no se emplearon
recursos en culturizar al pueblo. En hacer llegar a la ciudadanía el arte. Y
empezar como es lógico desde muy pequeños, en los propios colegios.
Es una realidad que
no somos una potencia en coleccionistas particulares. Ni se ha hecho
absolutamente nada para conseguirlos. Todos han contribuido a la desvalorización
de la imagen del arte contemporáneo, desde los medios de comunicación hasta
altos responsables políticos. Tampoco hay colecciones de multinacionales. Lo
que aquí interesa es un arte de entretenimiento festivo. De hecho las
Concejalías de Cultura, deberían denominarse de fiestas y festejos varios.
También desde
Cataluña se ha exportado un modelo de galería de arte que ha hecho mucho daño
al sector. Unos espacios donde el artista alquilaba un trozo de pared y donde
el galerista apenas se preocupa de la culturización y selección artística, dando
entrada a todo aquel que pagase la cuota establecida. Haciendo una malgama de
calidad y mediocridad, sin darse cuenta que lo malo ensombrece a lo bueno.
Y así seguimos
caminando en este viacrucis del arte, donde las cosas no mejoran por culpa de
todos y cuando se dice todos no se excluye a los propios artistas, quienes han
sido consentidores de la tiranía de políticos y galeristas.
También hay que
meter en este saco a los propios artistas, los cuales han carecido de unión, de
compañerismo y de humildad y a los que les ha sobrado soberbia y envidia.
2º La cotización de las obras de arte y de los propios artistas es tarea
ardua por no decir imposible. Ya hay herramientas en internet que nos permiten
establecer un precio aproximado de las obras.
El mercado del arte
es de los mas grandes, mas complejos y menos reglamentado del mundo.
Un ejemplo que
podemos poner es Robert Hughes, ácido crítico de arte de la revista Time, ya fallecido.
Antes de morir, Hughes se encargó de dejar un par de testimonios claros, sobre
todo algunos relacionados con el mercado del arte. Declaró, por ejemplo, que “mucho del arte se ha convertido en una
apuesta para ricos e ignorantes”, que “tener
una fantasía y pagar 135 millones de dólares por ella no la hace necesariamente
cierta”, y un par de cosas más que no deben haber caído nada bien entre los
coleccionistas, las casas de subastas y los galeristas.
Un pintor que de
momento es desconocido y que pasa hambre para poder vivir de su arte, sin
embargo si llega el día que por lo que fuera entrase en ese círculo de artistas
reconocidos o mas bien famosos, esas mismas obras que mal vendía para poder
comer, alcanzan cifras descomunales.
Otra cosa que no hay
que pasar por alto es como determinadas subastas son ficticias y solo hacen que
encumbrar y sobre valorar a determinados artistas.
Hay famosas casas de
subastas que conceden créditos a determinados clientes, lo que produce precios
artificiales y totalmente irreales.
La manipulación de
determinados artistas en connivencia con galeristas en la venta millonaria de
sus obras. Es el caso de Hirst con la venta de su famosa calavera, comprada por
un consorcio de inversores, donde el propio Hirst y el galerista poseían mas
del 50% de la obra.
A otra escala
artistas y galeristas también especulan con sus obras.
Por otra parte están
los coleccionistas que acaparan toda la obra de un solo artista, como puede ser
el caso del coleccionista José Mugrabi, dueño de los 800 Andy Warhol.
Por lo tanto ¿se
puede establecer cotización del artista y de su obra? Pues que el lector de
estas líneas saque sus propias conclusiones.
3º Coincidimos los tertulianos en que gran parte de los artistas entraron en
el siglo XXI, pero el siglo XXI no entró en ellos.
Hay un gran número
de éstos que carecen de una página web. Algunos de los que la tienen tasmpoco
goza de atractivo y de la modernidad que se exige en estos tiempos.
Hay muchos que no
saben como utilizar mínimamente un tratamiento de textos como el es WORD,
programas de tratamiento de imágenes, o mas simple aún, no tienen ningún
conocimiento de informática.
Todo su tiempo lo
pasan en sus estudios o mariposeando por alguna red social.
Internet es la mejor
herramienta con la que los artistas cuentan actualmente. Rápida, eficaz,
barata… Una ventana abierta al mundo.
El artista está
dispuesto a pagar el alquiler de un espacio de unas semanas en una galería de
arte y no está dispuesto a emplear un céntimo, ni un minuto en la difusión
mundial de su propia imagen como artista.
Un catálogo en PDF
se puede mandar a infinidad de sitios de forma rápida, segura y lo que es aún
mejor, sin coste alguno.
Internet han comido
mucho terreno a las galerías de arte físicas. Porque ahora el que ha visto una
obra que le gusta solo tiene que buscar al autor y negociar con él el precio.
Pero claro si a ese artista no se le puede localizar, como es el caso de
muchos, esa obra se queda sin vender.
Las galerías todavía
no se han dado del todo cuenta que además de exponer las obras de sus artistas
en el espacio físico, deben contar con una buena página web. Para algunos
galeristas la web es un complemento al que no le dan apenas importancia. Carecen
igualmente de un blog donde exponer temas relacionados con sus artistas, y que
el posible cliente pueda llegar a conocer un poco mejor el tipo de arte que se
comercializa en la galería. El potencial del blog es muy significativo, si se
actualiza periódicamente y se publica contenido atractivo para los potenciales
clientes, genera muchas mas visitas a la web.
No son conscientes
del atractivo que tiene un vídeo en youtube y de todas las visitas que puede
generar.
Por otro lado están
las galerías de arte virtuales. Las hay que son auténticos super mercados de
arte, donde se pone a la venta cualquier cosa. Y que en definitiva vienen a
resultar un batiburrillo de obras.
Otras sin embargo
cuidan mas la imagen y hacen una mejor selección de artistas, pero también
tienden a estandarizar las web. Con distintos colores, con distintas plantillas,
pero que parecen cortadas por el mismo patrón. No incluyen botones que enlacen
con redes sociales, para que los usuarios puedan comentar e interactuar en
ellas.
Hay que pensar que una
página web es una tarjeta de visita y un escaparate de nuestro galería. Por
eso, tenemos que cuidar muy bien la imagen de nuestra web ya que será la
encargada de crear una primera impresión, y dependiendo de esa primera
impresión conseguiremos concretar la venta o espantar al posible cliente.
Transmitir la esencia de la empresa que representan.
Es decir, si nuestra empresa es física además tiene presencia web, es
imprescindible mantener la misma estética que en nuestro establecimiento y
trabajar la marca en conjunto.
Ser muy visual: por más que nuestro contenido
principal sea lo transmitamos a través de texto, tenemos que ayudar a la
lectura con imágenes, fotografías, esquemas, ilustraciones. De este modo la web
será más atractiva, la información será más memorable y además invita a los
usuarios a compartir la información.
Y en el caso de las
galerías virtuales, el punto mas importante es hacer una excelente selección de
los artistas que la forman. Es mucho mejor menos cantidad y mas calidad. Eso
genera prestigio y provoca que los inversores y coleccionistas prefieran
comprar en esa galería porque les aporta seguridad.
4º Se viene comentando que no ha faltado nunca la crítica que sin fundamento
que relaciona la obra con la biografía de un artista. O viene a invocar
estándares artísticos inapropiados. También que describe los ambiguos caprichos
personales del crítico para desviar la atención y oscurecer la importancia
esencial de las obras que observamos.
Hay críticos que
emplean la poesía. Sus escritos son preciosistas y muy agradables a la vista,
pero carentes del contenido profesional que requieren.
Los críticos tal vez
deberían hacer hincapié en aquellos aspectos del arte que sean capaces de
analizar con mas sensibilidad e inteligencia. Deberíamos permitir que un
crítico le dedique su estudio a los elementos formales de una pintura, otro lo
haga sobre la técnica del artista y otro crítico pueda hacer uso de las
ensoñaciones privadas que entraron en su imaginación al encontrarse con la
obra. Pero lo que no se debería admitir es que nadie sostenga que su método es
el único viable.
No creemos que haya
una clase especial de mala crítica, sólo la critica de mala calidad.
Al igual que un
auditor de cuentas debe reflejar fielmente la realidad de las mismas, sin tener
que agradar al empresario que le ha contratado para hacer tal evaluación, el
crítico de arte debe ser fiel a su profesionalidad y no tener reparo alguno a
realizar críticas negativas por miedo a no quedar bien con su cliente.
Al igual que hay
médicos, ingenieros, jueces, etc. que son malos profesionales, también hay
críticos que no hacen honor a su profesión, dejándose llevar de tendencias o
modas impuestas y con el miedo de no volver a ser contratados ante una crítica
negativa.
En las ferias de
arte donde coinciden varios críticos, hay casos donde uno solo de ellos se
encarga de convencer al resto de sus colegas de que una u otra galería es la
que mejores artistas y obras presenta, cuando ni ese ni los otros han hecho el
trabajo de visitar el 100% de las personadas en la feria.
La honestidad como requisito imprescindible.
En el diccionario de
la Real Academia Española se define la crítica como “el arte de juzgar de la
bondad, verdad y belleza de las cosas”, y en la Enciclopedia Británica como “la
técnica de juzgar las cualidades y valores de un objeto artístico, tanto en
materia de literatura como de bellas artes”. Ambas se encuentran en la línea
donde se encuadra dentro del periodismo, y que coincide con su origen
etimológico, del griego kriticós, que significa “que juzga”.
Se puede discrepar
en cuanto a si en la crítica debe realizarse un juicio de valor, o, solo, deben reflejarse de forma
objetiva los datos más significativos de las obras.
Es posible que no realizar
ese juicio de valor pueda ser una muestra de incompetencia profesional. Una
crítica no es una descripción de la obra analizada para que atraer al lector y,
que éste luego extraiga sus propias conclusiones.
Una simple
descripción de lo visto o leído no parece ser una crítica de arte, ni tampoco lo es ceder la palabra al autor de
la obra para oír su opinión. El crítico tiene el deber de arriesgarse y dar a
conocer su particular valoración, por lo que su formación cultural es requisito
imprescindible para poder realizarla con perspectiva profesional.
Si la parte
fundamental de la crítica es la valoración de una obra, es imprescindible la
honestidad de quien la firma.
La crítica de arte
debe tener una argumentación sustentada en la confianza personal de quien
firma, y nunca en criterios publicitarios o ideológicos. Lo importante es la
exposición argumentada del texto sin prescindir de los juicios de valor, y con
una función formativa.
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